María Magdalena en éxtasis. Caravaggio. 1610
XXV*
Las flores mueren pronto...
El viaje de las energías...
La Vía Láctea imaginada como un gran chorro de flujo de la diosa...
Benditos los pobres porque ellos sabrán saborear un trozo de pescado...
No imagino muerte mejor que conocerla...
Se diluye el sueño. El monte ahíto de animales. Me enseña el coño y canta melismas o gime Aleluya. Luego grita, ¡Job, Job, Job!..
Derretidos los polos ya no merece la pena pedir un helado de crema...
A veces, en la madrugada -en la Alta Madrugada- Hamlet sueña con una perra que se llamara Ofelia...
Ya llego, Muerte, a tu seno. Acógeme con el amor que tantas mujeres me brindaron, cuyas copas me ofrecieron y de las cuales yo libé como zángano en la primavera de una pradera...
Retoza mi soledad y se enorgullece de tenerme prieto a su alrededor...
Ya no volverán las golondrinas...
Vi la corza en la carretera. Derraparon sus pezuñas. Volvió al bosque. Estaba viva...
¡Aprendendamos las trece lecciones sobre la Tiranía!..
Aglaya maúlla bajo la casulla de un viejo zar...
Los misterios del espacio/tiempo. La histología. Mirarnos a los ojos Euphosine y yo y sentir en los suyos el conocimiento carnal, hondo, de ser el uno en la otra, más que uña y carne, almohadilla y garra...
¡Dadme el amanecer para que pueda exclamar en la noche: la tarde está tan bonita!..
La estilográfica de madera. Loza. Papel con notas. Prisma. Nocturno. Donjuan...
....................................................
* Este epígrafe XXV de las Memorias -si así puedo llamar estos textos de Isaac Alexander aunque también podría definirlos como Apuntes o Momentos- son fieles al propósito del autor porque los puntos suspensivos corresponden a la continuación del texto que Isaac ha tachado con tan sólo una línea como si quisiera, tachando de forma tan leve, poder volver a leerlos para, si fuera el caso, recuperar algo de lo escrito. No lo hizo.
He de reconocer que varias de las continuaciones merecerían haberse recuperado pero ¿quién soy yo, simple compilador, para dar a la luz lo que el autor abortó?
El viaje de las energías...
La Vía Láctea imaginada como un gran chorro de flujo de la diosa...
Benditos los pobres porque ellos sabrán saborear un trozo de pescado...
No imagino muerte mejor que conocerla...
Se diluye el sueño. El monte ahíto de animales. Me enseña el coño y canta melismas o gime Aleluya. Luego grita, ¡Job, Job, Job!..
Derretidos los polos ya no merece la pena pedir un helado de crema...
A veces, en la madrugada -en la Alta Madrugada- Hamlet sueña con una perra que se llamara Ofelia...
Ya llego, Muerte, a tu seno. Acógeme con el amor que tantas mujeres me brindaron, cuyas copas me ofrecieron y de las cuales yo libé como zángano en la primavera de una pradera...
Retoza mi soledad y se enorgullece de tenerme prieto a su alrededor...
Ya no volverán las golondrinas...
Vi la corza en la carretera. Derraparon sus pezuñas. Volvió al bosque. Estaba viva...
¡Aprendendamos las trece lecciones sobre la Tiranía!..
Aglaya maúlla bajo la casulla de un viejo zar...
Los misterios del espacio/tiempo. La histología. Mirarnos a los ojos Euphosine y yo y sentir en los suyos el conocimiento carnal, hondo, de ser el uno en la otra, más que uña y carne, almohadilla y garra...
¡Dadme el amanecer para que pueda exclamar en la noche: la tarde está tan bonita!..
La estilográfica de madera. Loza. Papel con notas. Prisma. Nocturno. Donjuan...
....................................................
* Este epígrafe XXV de las Memorias -si así puedo llamar estos textos de Isaac Alexander aunque también podría definirlos como Apuntes o Momentos- son fieles al propósito del autor porque los puntos suspensivos corresponden a la continuación del texto que Isaac ha tachado con tan sólo una línea como si quisiera, tachando de forma tan leve, poder volver a leerlos para, si fuera el caso, recuperar algo de lo escrito. No lo hizo.
He de reconocer que varias de las continuaciones merecerían haberse recuperado pero ¿quién soy yo, simple compilador, para dar a la luz lo que el autor abortó?