23 Del oficio

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/02/2025 a las 19:26

Me declaro libertino (en el sentido que a esta palabra se le daba en el siglo XVIII, es decir, en moderna terminología: librepensador). La reflexiones que voy a ir plasmando a lo largo de las próximas semanas tienen un carácter provisorio y se acogen a una de las características de uno de los métodos científicos: estas reflexiones son falsables. Incluso yo mismo, a lo largo de este periodo que hoy se inicia, podré mostrar la falsabilidad de algunas de ellas.
Estas reflexiones no pertenecen a ningún heterónimo. De cada una de las palabras que escriba en este libro el único responsable soy yo: Fernando García-Loygorri Gazapo. Por supuesto que cuando utilice citas facilitaré el nombre del autor y el título del libro o fuente de donde las haya sacado.



149.- ¿Ha de ser la frase brillante aspiración principal de un escritor?

150.- ¿Qué es una frase brillante? ¿Es lo mismo que una frase ingeniosa?

151.- Por ejemplo: Óscar Wilde ¿era ingenioso o brillante? Pongo el ejemplo del escritor irlandés porque está mucho más valorado en el Continente que en las Islas y porque a mí siempre me pareció más lo primero que lo segundo y, en la escala de valores que uno idea con el tiempo, considero más importante la brillantez que el ingenio. También podría poner el ejemplo de Ramón Gómez de la Serna y sus Greguerías.

152.- Montaigne sería para mí un ejemplo claro de escritor de frases brillantes que aúnan lo sencillo en la expresión con lo hondo y meditado del concepto que transmite. Así también me pasa con Antonio Machado aunque su Juan de Mairena sea en ocasiones más ingenioso que brillante pero esto es porque, en esas ocasiones, quiere el autor que lo que realce sea el humor y no el pensamiento que esconde.

153.- ¿Por qué hace ya 52 años que no dejo de escribir? ¿Por qué escribo?

154.- Escuché hace no mucho a una Muchacha inmigrante que para poder llegar a España había delinquido contra la salud pública y había pasado varios años en prisión al ser descubierta. Tras cumplir su pena, el dueño de un restaurante la contrató -este señor sólo contrata a ex-presidiarios para hacerles más suave la reinserción- Una periodista -que había ido al restaurante para hacer un reportaje sobre reinserción social- le preguntó a la muchacha que una vez que había salido de la cárcel ¿qué quería ser en la vida? La muchacha -que no debía de tener más de veintitrés o veinticuatro años- le respondió con una sencillez llena de ternura, Nada, yo lo que quiero ser es nada. Eso quiero. estar sin ser nada. Pocas veces he escuchado frase más brillante que ésta.

155.- ¿Ser nada supone quedarse en silencio? ¿Ser nada supone renunciar a tu oficio? ¿Por qué al escucharla sentí que aquello también a mí me concernía, casi me llamaba? Ser nada.

156.- ¿Qué es nada? ¿Y ser?

157.- Hoy la tarde transcurre sana.
 
Años 80. Foto enviada hace unos días por Nahia. Era joven y escritor.
Ensayo Tags : Reflexiones para antes de morir | Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/02/2025 a las 19:26 | {0}