11 Diario IV de Wislawa (1) con glosas de Olmo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/11/2014 a las 17:33

Hubo una vez alguien que habló del orden discurso. He leído a lo largo de toda la noche el diario de mi madre. No he podido dormir por la mañana. Apenas he comido. Y sólo una frase me ha asaltado rítmicamente: "¡Qué par de ovarios los de Danila!". Sin haber tomado una decisión sobre el orden (no sé si lo transcribiré entero ni tampoco en lógica temporal ni siquiera si transcribiré todo lo que escribe o elidiré fragmentos e incluso días enteros) inicio esta transcripción sintiendo que estoy traicionando la memoria de mi madre ya que ella quiso que se quemaran sus diarios. Y esta traición, hasta cierto punto, me es grata. Como pone en el título cuando lo considere necesario glosaré a mi madre y mi glosa irá escrita en cursiva.


1 de enero de 1966
¡Qué fría la noche! La nochevieja. Me obligo a escribir estas líneas mientras U. me toca el coño y estoy a punto de correrme. Se ríe. Me pincha con su barba de tres días cuando acerca su mejilla a la mía. Le digo que se aparte (se lo acabo de decir) y él responde hurgando dentro de mí. No voy a soportarlo. No, no, me corro, me estoy corriendo mientras lo escribo. U. se ríe. Le pido que pare. No puedo más. No puedo más. ¡Aaaaahhhhaaaahhhhaaaahhhhhhhhaaaah!
Al mediodía
Al irse me dice que mañana nos veremos en el hospital. Me quedo sola y siento la tristeza que sigue al gozo. Siempre que me corro, al poco tiempo, me pongo triste. Cuantas más veces me corra, más triste me sentiré después. De U. detesto que sea comisario político pero es tan guapo y puede conseguir champán en mitad de este erial comunista. Eso no se lo puedo decir. Esto no lo debería escribir. Nunca más podré enseñarle mi diario a U. Pienso que escribiré un diario paralelo. Un diario para él.
Nieva sobre Tirana. Odio las montañas.
En tres días cumplo 34 años y sigo siendo una mujer hermosa y sé darle a los hombres lo que los hombres quieren. Sólo que por primera vez me pregunto si es U., si es él el hombre. Si creyera en alguna virgen o en algún Dios, si fuera como mi madre una piadosa musulmana, tan piadosa que siempre me dio asco. Es lo único que me gusta de los comunistas, que hayan prohibido la religión y los ritos. Los ritos de mi madre. Las ritos de mi padre. Me río de los ritos de mi padre. No, no, ahora no. Ahora sólo U., sólo U.
Al anochecer del primer día del año 1966
El puto frío en esta ciudad miserable, en este cuchitril miserable, que es mi casa aunque el Estado se empeñe en recordarme día sí y otro también que esta casa no es mía, que esta casa es del Partido del Trabajo y que sólo mientras la camarada Wislawa cumpla con rigor su trabajo como enfermera en el Hospital Skanderberg, podrá disfrutar del hogar que el Estado de Albania le ofrece. ¡Me cago en todos los discursos oficiales! ¡Me cago en todos aquellos que tengan la insana intención de reprimirnos! Quiero que venga U. y que me folle toda la noche y quiero lamerle la polla una y otra vez, una y otra vez y encremarme con su semen la cara y bebérmelo y quedarme dormida a su lado mientras la noche arrecia y los carámbanos penden de los alfeizares como grandes puñales de hielo.
¡Qué pronto se hace la noche! ¡Qué sola me siento! ¡Sudor de hombre!
Glosa
Anoto a lápiz en los márgenes del diario. Siento placer en esta profanación. Wislawa deja mucho margen en el lado izquierdo. Su letra es desordenada.
¿Era una mujer hermosa? ¿La inicial U. responde realmente a un nombre que empieza por esa vocal o es una invención? ¿Ulrich? ¿Origen alemán?
No me sorprende que fuera multiorgásmica. Siento cierta excitación. Me he tocado la polla mientras escribía su orgasmo
. No he logrado que se me pusiera dura del todo.
Aquí la noche no es fría. Eso me aleja de ella. Gracias Danila.
Evocación inferior. Fotografía de Olmo Z. Noviembre 2014
Narrativa Tags : Colección El mes de noviembre | Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/11/2014 a las 17:33 | {0}