Fotografía de Colita
[...] diría que era la debilidad, abandonarse, pensar, Ya llego. Nada tendré que hacer. Como siempre la vida saldrá antes al encuentro [...] hablé y apenas oía ¿por qué quedaban tan lejos los sonidos? [...] ¿por qué esperaba? ¿no es más hermoso saber que se abandona el barco porque está lleno de ratas? [...] por la noche, quedos, los sueños salieron de sus madrigueras y atravesando túneles de una largura extraordinaria llegaron hasta la conciencia y se mostraron en forma de imágenes; luego quedó de ellos la intensidad de una mirada, un amarillo clara de huevo, la estela de un cometa y el último tintineo de la campanilla del padre [...] por ahí anda el tiempo y el susurro y la dicha [...] por ahí quedaría el olor que renace en el abrazo [...] diría abandonarse por no buscar otro reflexivo que lo punzara más (crucificarse, sostenerse, amilanarse, entregarse, rendirse) [...] aturdimiento también; sí: aturdimiento e ira [...] por eso he subido el puerto en mitad de la ventisca con el pecho descubierto y una soga en la mano izquierda y cuando he llegado a las negras aguas del pantano, la he lanzado con todas mis fuerzas mientras maldecía al Cielo la idea del ahorcamiento [...] escara que brilla bajo la luz de la luna una tumefacción azul [...] sí, porque es hermoso el sonido de las aguas de la rivera; sí, porque la urraca habita el roble desnudo, a punto de invierno [...] así me abandonaría y empezaría la historia de una saga con la siguiente frase... [...]