Tres estudios para una crucifixión de Francis Bacon. 1962
V
Fabular no gusta a todas la personas (nada gusta a todos). Ni tampoco que otros fabulen. El verbo proviene del latín familiar fabulari 'conversación' o más específicamente 'relato sin garantía histórica', es decir: cuento, fábula. A veces me ha pasado que he visto el gesto de disgusto ante un interlocutor con el que estaba fabulando realidades (soy un fabulador. No he hecho otra cosa en mi vida. La vida es una gran fábula -es decir es un inmenso lenguaje que encadena relatos sin garantías históricas- en la que cabe todo lo que pueda decirse. Sólo que a muchos seres humanos todo lo que puede decirse no les gusta nada y suelen aburrirse y el aburrimiento es una de las variantes sutiles del miedo).
Es una calle estrecha en un pueblo. El cielo está encapotado. Salgo con Donjuán a dar un paseo. Al doblar una esquina veo que la calle se ha inundado, se ha convertido en una piscina. Dos viejos o mejor: un viejo y una vieja, se disponen a atravesar la calle y se van hundiendo en el agua pero siguen avanzando hasta que el agua les llega al cuello. La vieja lleva una pañoleta negra atada a la cabeza; el viejo lleva boina negra con rabo. Donjuán se mete en el agua y pronto se hunde. Yo me quedo en la orilla. Espero a ver si el perro sale a la superficie. Veo las pompas de aire que explotan. Asoma su cabeza negra. Se vuelve a hundir. No parece agobiado. Me fijo de nuevo en las pompas. Cada vez hay menos. El perro se debe estar ahogando. Voy en su busca.
El viento arreció en la madrugada y revolvió los olores de mi cama. Entre esos olores volví a sentir -a palpar- el olor de M.
Desayuno con las primeras luces del día. Las gatas juegan como si fueran dos crías. Se persiguen por el jardín y cuando se atrapan se revuelcan felices mientras se muerden. Los perros se encuentran a mis pies. Saben que cuando termine el desayuno haré mis abluciones y tras ellas nos iremos a dar el largo paseo de la mañana. En los animales la rutina es una bendición. Para ellos saber lo que va a pasar es todo lo que necesitan para vivir un día más. Hay una serpiente en el camino cuya rutina me pasma y también la de tres conejos a los que siempre me encuentro en el mismo territorio. Las moscas sólo te molestan un trecho y no porque se cansen de hacerlo sino porque abandonas su espacio... su cotidiano... un árbol, una viborera común con sus hermosas flores moradas, la sombra que proyecta una piedra...
Fábula entonces; fabulista; fabuliste en francés desde 1588; fabuloso; fabulosamente; fabulosidad; fabular; fabulador; fabulación; fabulario (que parecería ser un índice de fábulas); fabulesco; fabulizar... ¿y confabular?
A veces fabular lleva al descrédito (crédito de credere que es creer) y ese descrédito se basa en lo que sí se cree. Hoy en día la ciencia como metáfora creíble del Mundo. Quien no cree absolutamente en la ciencia es un fabulador (epíteto éste dedicado con intención de menoscabo. Ser un fabulador es ser un falso, un mentiroso, un mal informado o cuando menos un ingenuo -en el sentido de algo estúpido-. ¿Dónde, entonces, lo verdadero? ¿Dónde la información siquiera veraz?
¿El agua que inunda la calle del pueblo en mi sueño es el flujo de M.? ¿Donjuán al hundirse en esas aguas soy yo inundándome de ella? ¡Fábulas! ¡Fábulas! ¡Vida! ¡Vida!